La venganza de las cajas nos cuenta la historia de Eva, una joven estudiante de periodismo que acaba de llegar a Madrid desde Galicia a estudiar la carrera, conocer gente y sacar partido de la gran ciudad, y Porto, un anciano que vive solo en el barrio de Vallecas.

Eva cuida de Porto y, a cambio, Porto le cede una habitación. Nada más instalarse en la casa, Eva entenderá que Porto es un viejo cascarrabias, guarro, un tanto obsceno y con una obsesión enfermiza por la televisión. Enemigo mortal de José Luis de Morterone, el magnate de la caja tonta que, según Porto, controla las audiencias. La obsesión por Morterone llega a tal punto que Porto se ha instalado un audímetro y asegura que éste quiere asesinarle porque no deja que manipulen su audímetro, el aparato para registrar las audiencias televisivas. Harta de estas excentricidades Eva se va a vivir con unos amigos. Sin embargo, no puede olvidar a Porto y decide ir a visitarle. Él y el audímetro han desaparecido pero en una caja le ha dejado las pistas necesarias para acabar con Morterone.

Porto no está loco y Eva debe ayudarle.