Brassaï sería el primer artista en considerar como un arte esta antigua forma de expresión, aunque ya existían estudios en arqueología sobre algunos graffiti ejemplares, como es el caso de los de Pompeya. Muy vinculado con los surrealistas, Brassaï se hallaba convencido de que esas manifestaciones "de tan poca importancia" son en realidad una emanación del mundo onírico, una esencia de la realidad. Durante toda su vida fue buscando esas marcas misteriosas en las paredes y los troncos de los árboles, pero también en los suelos y los céspedes. La exposición reúne sus fotografías de los graffiti, realizadas durante más de treinta años, desde 1930 (las primeras, publicadas en Minotaure, revista dirigida por Breton) hasta más allá de los años sesenta, pero también los textos de Brassaï referentes a esta manifestación artística y paginas facsímiles de los croquis que el fotógrafo hacía de los graffiti en sus cuadernos de trabajo.
Comisaria: Oliva María Rubio