La educación en valores se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de nuestros días. ¿Qué está pasando con los valores en la escuela?, ¿cómo es posible que cada vez haya más alumnos que no se comportan de un modo correcto?, ¿cómo es posible que la enseñanza de los grandes valores ocasione el aprendizaje de contravalores?

En líneas generales, la educación en valores parece haber sufrido la ley del péndulo, pues se ha pasado de una pedagogía excesivamente dura a otra pedagogía demasiado dulce. Los valores se aprecian, no se imponen, pero paradójicamente, para que se puedan apreciar hace falta cierta exigencia, especialmente en edades tempranas.

Hoy más que nunca deberíamos encontrar una pedagogía de los valores que otorgue protagonismo a los alumnos, pero que al mismo tiempo, no le reste importancia al profesor. Lluvia de valores es una reflexión sobre cómo educar en valores, sobre cómo conseguir que los alumnos se sientan atendidos bajo una incesante, y a veces incómoda, precipitación de valores.