Esta es la sincera confesi¾n de Virginia Cowles, la corresponsal americana que lleg¾ a Espa±a en 1937 sin conocer a nadie no con un plan preconcebido a cubrir la guerra para el grupo Hearst.á

Pero esa curiosidad sin lÝmites la llev¾ a introducirse en la Espa±a Republicana y mßs tarde en la Espa±a nacional para dejar testimonio, con enorme profesionalidad y lucidez, del terror cotidiano een ambas trincheras de la contienda.

Una autÚntica y arriesgada corresponsal de guerra surgi¾ entonces de esta periodista atractiva, que lucÝa joyas y usaba zapatos de tac¾n en medio de la sordidez de la guerra.

Sus artÝculos perspicaces y objetivos son un modelo de periodismo. A travÚs de ellos nos trasladamos a los dos frentes (Cowles descubre la autorÝa del bombardeo de Guenica) oÝmos el estallido de los obuses, acudimos de los hospitales, sentimos el dolor y el desgarro de los heridos.

ArtÝculos valiosos que vienen a completar, sin duda, la historia de la Guerra Civil.