Este libro trata del centrarse como el equilibrio entre lo físico, lo emocional y lo intelectual ante la intensidad que producen los deportes como también la ejecución de cualquier performance física, sea esto danza, teatro etc. que requieren de un alto nivel de concentración y destreza. La autora con mucha sabiduría vislumbra que para ser buen deportista hace falta algo más que una buena técnica. Para esto aplica lo mejor de la antigua sabiduría oriental. Un libro eminentemente práctico y ameno con ilustraciones de Bill Brauer y caligrafía de Al Huang.

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¡Este es un libro que no te enseñará nada! Pero a través de sus páginas aprenderás a usar tu cuerpo en forma más eficiente, ya sea para levantarte de la silla o esquiar a través de un mar de bumps. Aprenderás a recobrar la energía del miedo y transformarla en poder positivo, tal como un negativo fotográfico se convierte milagrosamente en una imagen positiva. Te enseñará a diferenciar entre la tensión productiva de aquella tensión que te impide avanzar, ya sea si estás jugando golf, esquiando, dando una vuelta con tu perro o viendo televisión.

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Descubrirás que las imágenes visuales pueden ayudarte a encontrar un estilo nuevo y armónico de hacer las cosas, sintonizando con el silencioso hemisferio derecho de tu cerebro. Aprenderás la forma de efectuar la curva carved -lo último en esquí- realizándola en la puerta de tu casa para luego proyectarla en la montaña.

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Además descubrirás algo sobre ti mismo. El esquiador centrado es más que un libro sobre el esquí. Es también un libro sobre el vivir. Está plenamente ahí, en el momento y lugar donde estás. Trata precisamente de un fenómeno denominado centrarse que es un cierto modo de equilibrar lo físico, lo emocional y lo intelectual. Una vez centrado y en contacto con las energías del universo es que el esquiar y el vivir... llegan a ser una expresión de esa armonía cósmica.