Las obras de Aby Warburg y Walter Benjamin constituyen ejemplos fundamentales para comprender el amplio espectro de problemas que dominó la vida intelectual alemana desde fines del siglo XIX hasta el ocaso de la República de Weimar. Sin embargo, lo que los hace dignos de atención es menos su carácter representativo, que el modo en que se distinguen de sus contemporáneos. Situándose en las zonas liminares de los saberes tradicionales, cada uno logró, a su modo, elaborar un método de pensamiento que desafió los límites establecidos del discurso académico, erosionando los modelos lineales del tiempo histórico y privilegiando transferencias dinámicas entre el pasado y el presente. El resultado es una forma inaudita de pensar la tradición cultural que, todavía hoy, plantea problemas insoslayables en el campo del arte, la filosofía y la historia.