Un magnífico álbum sin texto que nos narra la historia de cómo un niño y su perro saborean cada instante de un verano que se quedará grabado por siempre jamás en su memoria.
A veces las personas están tan ocupadas que pasan muchos momentos preciosos sin darse cuenta de que podrían conservarlos como hermosos recuerdos. Se necesita tiempo para mirar a nuestro alrededor y recordar el valor de la felicidad. Observar en el cielo estrellado la vía láctea, saltar al agua fría de un chapuzón, encontrarse con pequeños peces rayados... Acercarse en silencio a la madre naturaleza y darse cuenta de la inmensa belleza de la vida.
Con unas ilustraciones exquisitas de estilo oriental, este libro tan especial no trata de explicar cómo se siente su protagonista con palabras, sino que invita a los lectores a experimentar y absorber las mismas emociones que siente el chico en cada doble página. Un libro para todas las edades con una historia que hace que los lectores se concentren en imágenes y emociones que podemos olvidar fácilmente en nuestra ocupada vida diaria.