La autora quedó sorda a los cinco años de edad y es usuaria de un implante coclear. Cursó estudios universitarios y de doctorado usando audífonos y privilegiando la comprensión del lenguaje por medio de la lectura labial. Ejerció la docencia e investigación universitaria en el ámbito de las ciencias del lenguaje.
Este libro describe la experiencia lingüística de la sordera desde una perspectiva personal y justifica de manera científica el procesamiento del lenguaje en las personas que poseen discapacidad auditiva.
La sordera altera el procesamiento natural del lenguaje porque se bloquea el canal natural para el desarrollo lingüístico: la audición. El organismo modifica los canales naturales, los adapta a sus necesidades y los transforma para el intercambio comunicativo con los demás. Surge de esta manera la lengua de señas, la lectura labial o la audición mediada por la tecnología para procesar los sonidos. Todas estas adaptaciones, en una gran variedad de posibilidades individuales de combinación, alteran los mecanismos biológicamente diseñados para el procesamiento natural. El resultado se manifiesta en las peculiaridades que presenta cada sordo en su procesamiento lingüístico, imposible de generalizar a un modo único porque cada cerebro compensa el déficit auditivo con los recursos que posee; en organismos distintos, construidos por experiencias humanas diferentes.
Las neurociencias de lenguaje son una herramienta actual de suma importancia para re-interpretar el procesamiento del lenguaje de las personas sordas; a la luz de esta nueva ciencia los modelos e hipótesis tradicionales pueden revisarse a los fines de comprender, de otra manera, los problemas que se presentan a los sordos cuando adquieren y desarrollan la lengua ?oral o escrita? de su comunidad de pertenencia.