"Descubriendo los laberintos de lo que llama neurosis obsesiva, fascinado por la complejidad de los procesos del pensamiento que ésta pone en juego, Freud rinde homenaje a la inteligencia de los dos pacientes a los que el psicoanálisis debe tanto: el Hombre de las ratas y el Hombre de los lobos. Si bien considera a esta neurosis como el dialecto cuya lengua materna sería la histeria, la presenta no obstante como el campo por excelencia de la investigación analítica.
Freud saca a la luz los fantasmas de omnipotencia, la compulsión de repetición y los mecanismos de defensa tan particulares de esta estructura, pero el resorte último permanece enigmático, puesto que no concibe que la madre pueda odiar a su progenitura. Pero la ambivalencia de la madre para con su hijo y el descrédito relativo en el que tiene al padre, son el punto clave del equilibrio infernal que obliga al sujeto, para asegurar su propia reserva de potencia, a levantar barreras contra una madre exigente que primero lo adoró y luego lo abandonó.
Por medio de la reflexión sobre sus propios casos, y gracias a conceptos heredados de Lacan -el Otro, el goce, lo imposible, el desvanecimiento del sujeto-, Denise Lachaud vuelve a dirigir con claridad la mirada sobre la clínica freudiana de esta neurosis, en un trabajo que ofrece una síntesis sobre la cuestión."