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La arqueología durante el primer franquismo (1939-1956)

Autor Francisco Gracia Alonso

Editorial EDICIONES BELLATERRA, S.A.

La arqueología durante el primer franquismo (1939-1956)
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  • Editorial EDICIONES BELLATERRA, S.A.
  • ISBN13 9788472904620
  • ISBN10 8472904628
  • Tipo LIBRO
  • Páginas 551
  • Colección ARQUEOLOGIA #
  • Año de Edición 2009
  • Idioma Castellano
  • Encuadernación Rústica con solapas

La arqueología durante el primer franquismo (1939-1956)

Autor Francisco Gracia Alonso

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Detalles del libro

La guerra civil significó la desaparición del sistema de investigación en arqueología vigente desde 1907. A partir del proyecto del Instituto Arqueológico Nacional e Imperial impulsado por Julio Martínez Santa Olalla se creó en 1939 la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas. Pretendía concentrar en un único poder fuertemente ideologizado toda la actividad arqueológica del país. Su desarrollo fue muy complicado debido a las dificultades con que Martínez Santa Olalla se encontró en el Ministerio de Educación Nacional y en la Dirección General de Bellas Artes, liderada por el marqués de Lozoya; a la oposición de una gran parte de los catedráticos cuyas materias correspondían a los campos de actuación de la arqueología y la prehistoria; al enfrentamiento personal con los principales representantes de la arqueología española; y a su propia dispersión e incompetencia.

La arqueología del primer franquismo termina en una crisis personal e institucional que se fragua en 1954 y explota al año siguiente. El intento de presentar una cara más amable ante las democracias europeas propició la desaparición de la CGEA y el alumbramiento de un nuevo sistema controlado por los antiguos opositores que, de hecho, poco cambió, sólo fue un nuevo reparto de los apetitos del poder.

Esencialmente esta es una historia de trayectorias humanas y de enfrentamientos personales, de la evolución en la organización de una actividad más que de los resultados específicos de la misma. Una historia, en suma, de cómo las luchas fratricidas y los intereses personalistas primaron a lo largo de casi tres décadas sobre un sistema anquilosado que, cual rémora del pasado, no empezaría a cambiar y modernizarse definitivamente hasta ya entrado el último cuarto del siglo XX.