En este libro, Peggy Rubiños Fejerman realiza un recorrido de su abordaje clínico vincular con niños y adolescentes en el que destaca la aplicación de dispositivos múltiples -grupal, vincular-individual, de familia, entre hermanos, parento-filial o parental-, la interacción con otras disciplinas y profesionales y el intercambio con las instituciones educativas a las que asisten los pacientes. Y en ese derrotero, no sin contratiempos para el analista, la autora señala "la importancia de generar redes de sostén y confianza en un marco social que no funda refugio para acontecimientos que no responden a la lógica de producción y acumulación dominante, de competencia e individualismo omnipresentes, despierta preguntas novedosas en el ejercicio de la práctica clínica".

  "Pocas veces, en particular en el campo de la clínica con niños y adolescentes, encontraremos un libro de factura tan cuidada y elegante, a la vez que tan delicada en su esfuerzo por replicar algo de un montaje tan complejo como el de una sesión con un niño hablando, jugando, dibujando.

  Por lo que todo este estilo no se limita a cobrar relieve estético, sino que urde toda una ética, donde el respeto por la singularidad del niño y de su familia -singularidad incluso de sus dolores- constituye una dimensión ética, una ética que no se declama, se hace en la escritura misma" (Ricardo Rodulfo).

  "El singular estilo de escritura de Peggy, de una modalidad coloquial y poética, además de ser muy generosa en la trasmisión de sus maneras de intervención, nos crea desde el comienzo de la lectura de este libro, una fuerte sensación de estar ahí dentro, con ella y las familias con las que ha trabajado. De estar inmersos en la escena clínica. Pienso que es un libro, que por su inmersión en la clínica, la complejidad de las familias abordadas, así como por los interrogantes que plantea la autora, ha de interesar y estimular a los colegas a seguir interrogándonos acerca de nuestra compleja y apasionante tarea" (Hilda Abelleira).