El martirio de las voces expone el paradigma de la alucinación verbal en el corazón de la experiencia clínica con psicóticos. Mazzuca delimita esta particular posición subjetiva sin condescender a una teoría del déficit –sesgo habitual para la presentación introductoria de la forclusión del Nombre de padre–, haciendo del síntoma el hilo conductor de su desarrollo. Para ello, retorna a los textos freudianos en busca del detalle, de lo que no está escrito pero aún puede leerse.

Asimismo, este libro no sólo orienta respecto del diagnóstico –que, como enfatiza el autor, se constituye de modo “diferencial”, esto es, por una vía “estructural”– sino que también abre el camino para avanzar en un tratamiento posible. A las concepciones freudianas de la transferencia –dado que Freud jamás desconoció que hubiera transferencia en las psicosis–, Mazzuca añade la referencia lacaniana a la erotomanía con un sesgo especialmente original.

Por ambos motivos, este libro es una perfecta introducción a la clínica de las psicosis, porque reconstruye la experiencia del análisis del psicótico antes que la descripción estática de mecanismos anónimos.