-Por favor, tráeme una rosa-, le pide Bella a su padre al marchar. Pero la rosa que corta procede del jardín de un horrible monstruo, la Bestia, quien, a modo de castigo, le pide a cambio que permita que su hija viva con él. Bella acude por propia voluntad para salvar a su padre y, conforme va conociendo a la Bestia, consigue apreciar que, a pesar de mostrar un aspecto feo y terrorífico, posee una naturaleza de enorme bondad. Sin embargo, ¿podrá llegar a amarlo?

Las ilustraciones, los dibujos, patrones y diseños de este libro se inspiran en la obra de Walter Crane, cuya edición de La Bella y la Bestia se publicó en 1874.

Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve (1685-1755) fue una novelista francesa autora de La Belle et la Bête (La Bella y la Bestia), publicada por primera vez en 1740. Basada en un cuento que data de hace miles de años, la historia de Villeneuve es la versión más antigua que se conoce. Tenía la extensión de una novela y, tras su muerte en 1755, fue abreviada y reescrita por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. La versión de esta última se publicó en 1756, en su Magasin des Enfants, una edición de gran popularidad. No hizo referencia a la autoría de Villeneuve como creadora de La Belle et la Bête, de manera que a menudo se cree que es Beaumont su autora. La versión abreviada es la más conocida hoy en día.

Walter Crane (1845-1915) fue un artista e ilustrador de libros inglés; junto con Randolph Caldecott y Kate Greenaway, es considerado uno de los creadores de libros infantiles de mayor influencia en su generación. Crane formó parte del movimiento Arts and Crafts y produjo no solo pinturas e ilustraciones para libros infantiles, sino también mosaicos cerámicos y otras artes decorativas. De 1859 a 1862, Crane fue aprendiz de grabador de madera con William James Linton, por lo que tuvo la oportunidad de aprender del trabajo de muchos artistas contemporáneos, entre ellos sir John Tenniel, autor de las ilustraciones de Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo.