Mientras que Internet ha quebrado las barreras de la distancia, el tiempo y el acceso a la información, transformado los modos en que nos vinculamos con los otros, con el mundo, e incluso con nosotros mismos, permanece, sin embargo, el ansia de poder establecer una comunicación profunda. ¿Pero cómo hacer del "contacto" una experiencia que involucre verdaderamente al sentido del "tacto-con" el otro y consigo mismo?

¿Cómo hacerlo sin que estalle en mil pedazos nuestras ilusiones de realización y encuentro, al bloquearnos con nuestra mutua insensibilidad? ¿Cómo superar nuestras experiencias de angustia y soledad, nuestras dificultades para conocer lo que realmente deseamos, apreciar la belleza del mundo y descubrir la inmensa riqueza, la potencialidad, del vínculo interpersonal, capaz de hacernos más felices y más humanos?