Múnich. Marco Polo (guía+callejero)
Editorial MARCOPOLO
España peninsular
Durante mucho tiempo el eslogan de Munich fue «la metrópoli con corazón»; ahora es «München mag dich» (Múnich te quiere) y la ciudad hace honor a este lema. Quien disfrute del atardecer desde un biergarten ya no querrá marcharse. Pero Múnic...
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- ISBN13 9788473333368
- ISBN10 8473333365
- Tipo LIBRO
- Páginas 151
- Colección Marco Polo
- Año de Edición 2009
- Idioma Castellano
- Encuadernación Rústica con solapas
Materias
Guías EuropaMúnich. Marco Polo (guía+callejero)
Editorial MARCOPOLO
Durante mucho tiempo el eslogan de Munich fue «la metrópoli con corazón»; ahora es «München mag dich» (Múnich te quiere) y la ciudad hace honor a este lema. Quien disfrute del atardecer desde un biergarten ya no querrá marcharse. Pero Múnic...
España peninsular
Detalles del libro
Durante mucho tiempo el eslogan de Munich fue «la metrópoli con corazón»; ahora es «München mag dich» (Múnich te quiere) y la ciudad hace honor a este lema. Quien disfrute del atardecer desde un biergarten ya no querrá marcharse. Pero Múnich tiene más que ofrecer, por ejemplo descanso en el Englischer Garten. O aventura en el Olympiapark, practicando escalada sobre el techo del estadio. O compras en la Maximilianstrasse. O diversión en la mayor fiesta popular del mundo, la Oktoberfest. Y si se quiere más se puede visitar el castillo de Luis II de Baviera o bañarse cerca de los Alpes: enamorarse de Múnich es muy fácil.
Múnich siempre presenta dos caras: ciudad y provincia; metrópoli y pueblo de más de un millón de habitantes; bastión de la alta tecnología y reducto de los trajes regionales; el Bayern, varias veces campeón de la Bundesliga, y el TSV 1860 München, antiguo equipo de trabajadores. Múnich es universidad y analfabetismo; ciudad de mansiones y barrios de trabajadores en las afueras; arquitectura modernista y disparates arquitectónicos o, para expresarlo de forma culinaria, salchichas y nouvelle cuisine; cerdo asado y trufas; cerveza y Bloody Mary. Múnich es ambivalente y para descubrirla hay que estar abierto a los contrastes.
El muniqués, si es que se puede generalizar sobre algo así, es una persona más bien tranquila. Le gusta sentarse con su cerveza de trigo y pensar sobre lo divino y lo humano. No es necesariamente amigable y si permite que un desconocido se siente a su mesa, es un gran honor.
Pero no importa de dónde venga uno, porque aquí todos se alegran de encontrarse en Múnich.