En estos aforismos publicados póstumamente, escritos en su época madura, Friedrich Nietzsche somete a crítica sus trabajos tempranos, entre ellos "El origen de la tragedia", texto capital de la historia de las ideas estéticas. Examina sus propias doctrinas y expone versiones revisadas de estas. Al tomar distancia de lo que llama su juvenil "metafísica de artista", Nietzsche arremete contra el romanticismo y diagnostica el alcance y la validez de los modos de la intuición que consideró personificaciones de los principios fundamentales no solo del arte sino del mundo: lo apolíneo y lo dionisíaco.