Pensando lo ha caricaturizado Peridis, como se puede ver en la portada del libro, y es que su cerebro es una fuente inagotable de ideas, todas al servicio del bien común, siempre pensando en lo que más conviene a los ciudadanos. De la lectura de este libro se deduce que su actividad ministerial fue incesante: se advierte una continua búsqueda de errores del sistema, obviamente con la intención de subsanarlos de forma duradera a poder ser. Es imposible saber qué hacían los anteriores ministros del ramo puesto que en ningún momento pretende ser imparcial.
Jesús Caldera es de los que piensan, y no lo esconde, que la solución a los problemas del mundo han de venir de la mano de la izquierda. No obstante, a pesar de ese posicionamiento previo, que impide conocer exactamente lo que se pudo encontrar al acceder al ministerio, parece claro que su labor fue ingente y para los más desfavorecidos casi milagrosa. Cabe destacar, por ejemplo, el espacio que dedica a las personas sordo-ciegas, alrededor de 8000 en España, número que desde el prisma electoral es imperceptible y que, sin embargo, el ex ministro trata de un modo que llega a emocionar. No todas las personas que nos rodean tienen esta sensibilidad hacia quienes tanta ayuda necesitan y que, sin duda, merecen.
Jesús Caldera tampoco duda en el libro en lanzar una dura crítica a Nicolás Sarkozy por el modo en que trató a los gitanos rumanos, ni a José María Aznar, que privatizó Telefónica habiendo nombrado primero, como presidente de la compañía, a Juan Villalonga. Al final del libro, el ex ministro regala a todos los españoles una gran dosis de autoestima al referirse al alto grado de solidaridad del pueblo español, algunas de cuyas políticas sobre estas cuestiones han sido copiadas por otros países.
Es interesante también este libro porque se adivina que las ideas de su autor han tenido y probablemente siguen teniendo una gran influencia en el presidente del gobierno. Es ocioso añadir, por otra parte, que Jesús Caldera es totalmente contrario a la energía nuclear, y en el libro critica a Japón por su apuesta en este sentido.
Vicente Torres