Esta inmensa obra es el fruto de más de doce años de investigaciones sobre el terreno del autor. Con profundo rigor etnográfico se da cumplida cuenta de los más de 150 métodos de caza tradicional más arraigados en la península. Va dirigida a quienes deseen saber algo más sobre los ingenios humanos que nuestros ancestros idearon para cubrir su más cotidiana necesidad: alimentarse. Ellos desarrollaron junto a las azagayas, los propulsores, el arco o la honda un impresionante abanico de asechanzas destinadas a capturar todo tipo de especies; rudimentarios métodos que hoy se denominan popularmente «de caza tradicionales». La amalgama de culturas que transitaron por nuestro suelo y la posición de privilegio que la Península Ibérica ocupó durante la prehistoria siendo el puente entre África y Europa dejaron su huella en forma de legado etnográfico que permite que nuestra cultura sea hoy el fruto de la mescolanza de otras muchas. Dentro de este intenso patrimonio cobran trascendental relevancia los métodos de caza tradicionales, que nunca han sido valorados en su justa medida. Asimismo, el aislamiento sufrido durante siglos por muchos de nuestros pueblos y aldeas llamados «la España profunda», y las penurias que las clases humildes sufrieron tras nuestra guerra civil, en que conseguir un arma de fuego para cazar era algo imposible, facilitaron la recuperación de muchos de los métodos de trampeo utilizados por los abuelos de los padres de nuestros abuelos. Aquí podrás descubrir muchos de los artificios, trebejos, añagazas y ardides utilizados por los habitantes de la Península Ibérica; algunos de los cuales bien podrían remontarse a la prehistoria. Con profundo rigor etnográfico, y en once capítulos, daremos cumplida cuenta de aquellos métodos de caza tradicionales más arraigados en el sentir de nuestras gentes. En ellos se describen más de 150 antiguos métodos tan sorprendentes como: la Laja de Huelva, la Lusia Zamorana, la Lluella de Verduc, el Parany, la Xibeca, los Filats en Coll, la Rastra de los Estorninos, la Zalagarda, el Espigado, la Esparrela, el Dogal de Pico, la Calzadera de Nuez, los Arciellos, el Alzapié, los Alares, los Cepos de Postigo, las Satoleas, el Ascripet, el Arteaixari, el Gato Extremeño, el Nidal de Gallinero, la Folliña, la Zaraza, el Mosqueton Ranero, la Txori Trampea, el Pozaler, la Caza de Perdiz con Reclamo o la Caza con Hurón. Se hace un profundo análisis sobre las estructuras cinegéticas de nuestros antepasados para defenderse de un enemigo común: el Lobo, que siempre ha inspirado el miedo más profundo en nuestros paisanos. Rodeado por un oscuro halo de misticismo, en su captura se emplearían las trampas más colosales construidas por el hombre, y que sólo existen en la Península Ibérica: los Callejos, y otras muchas estructuras-trampa de menores, como los Cortellos, los Fosos Lobales, los Corrales, las Lobeiras, o los Fojos de Alçapão. Todo ello documentado con fotografías y cuantiosos documentos históricos que te permitirán comprender la importancia socio-cultural que este animal tuvo en la vida de nuestros antepasados.