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De ah¡ tal vez la tendencia at vica del hombre com£n a escuchar alpoeta, pues solo ?l sabr  hacerle m s digno, m s libre, en la medidaen que le persuade de algo nuevo, una condici¢n que el lector, el queescucha, aprecia por cuanto en lo revelado pudiera estar un significado que le sea propio, un rasgo identificador y relevante que acuda a liberarle de su perenne sensaci¢n de soledad y dependencia.
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El poema siempre es un mensaje alusivo, una forma de percepci¢n quepretende, en la expresi¢n, una forma de belleza. Para el caso, as¡queda de manifiesto aqu¡, y el lector se complace en el sentimiento de una intimidad que encanta ?como canto? y acoge ?como virtud