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Más allá del desierto de Judea se hallan las grutas donde se descubrieron en 1883 los primeros pergaminos del Qumrán, el testimonio más antiguo del cristianismo. Debido a la importancia del hallazgo se constituyó un comité investigador que descifrara y diera a conocer al mundo de los manuscritos. Sólo un documento quedó sin analizar: el que cuenta la verdadera historia del Mesías y con ella desvela los verdaderos pilares de una cultura que no está dispuesta a ser cuestionada.