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Los griegos crearon un nombre para cada cosa, y los romanos hicieron el resto. La edad de oro del turismo fue el primer siglo de nuestra era, cuando los planos no siempre eran lo suficientemente claros (como hoy en día, al fin y al cabo), los albergues estaban siempre de reformas y cuando algo no era como debía las agencias de viaje se lavaban las manos. En esta ocasión, Falco se ve en la necesidad de viajar con la familia a Grecia, con el propósito inicial de controlar un poco a su descarriado cuñado Aulo, y, como suele suceder, no tarda en verse envuelto en una investigación.
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