Cotidiana yáabsurdaápero sorprendentemente verosímil, esta obra de Juan Manuel Lobo, compuesta por una serie deáocho relatosácuyas tramas se enlazanáa través de unos finales prodigiososáes, sin lugar a dudas, una narración desternillante,áplena de brillo yáde frescura. Carreteras heladas, compuesta en forma de diálogos ágiles, prácticamente cinematográficos,áalberga unaáagudeza que nada tiene que envidiar a autores como Carver, Simenon, Boris Vian o el mismísimo Franz Kafka. Las situaciones comunes de la vida de personajes sin importancia que se recogen en Carreteras heladas, de personajes que no son ni más ni menos que seres corrientes, como cualquiera de nosotros, se complican a lo largo de las escenas delálibro para terminar en tragedias capaces de dejarnos atónitos, sin que sepamos si hemos de reír o llorar.á