La práctica analítica y la narrativa no son territorios ajenos, que se ignoren o se traten con indiferencia. Más bien, se pertenecen. Como familias que se ayudan. La literatura acompaña al psicoanálisis desde el principio, con Freud y Lacan, a todas partes.

Estos relatos vienen a confirmar el parentezco psicoanálisis-literatura. El libro aborda ese territorio secreto que es la sesión de análisis, se entromete en la intimidad del consultorio, y escribe el relato confesional que hicieron los analizantes: tragicomedia, escena de la vida.

Son los mismos casos de la clínica desde otro punto de vista: ni caso clínico, ni abordaje teórico. Ficción psicoanalítica. Relatos que ilustran nuestra práctica, entrando por la puerta del rasgo, la humorada, los pesares. Es un libro de historias acontecidas, donde se cuentan las ocurrencias y tribulaciones de los pacientes, con un abordaje apegado a la ficción, a la verdad.

El método elegido resultó ser el más cercano a los hechos, o para decirlo mejor, a los dichos. El autor no niega inclusive haber intentado algún tipo de híbrido entre ambos campos, literatura y psicoanálisis. Se sirvió de uno para proveer otro.

Hacer el bien y otros males brinda el testimonio de un analista al cabo de una apasionada tarea. Y es también el testimonio de los analizantes, que no saben que se convirtieron en autores, aunque ya lo eran cuando contaban al analista sus sueños y pesadillas, sus alegrías y enconos.