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El envejecimiento progresivo de la población y la crisi económica fomentan el recurso a la jubilación anticipada como medio para reducir los costes de personal de las empresas. El incremento de las prejubilaciones como mecanismo de ajuste de plantilla supone una verdadera lacra, tanto para las cuentas públicas como desde un punto de vista social, puesto que devalúa el papel de la experiencia en el trabajo. las previsiones estadísticas que apuntan al rápido envejecimiento de la población, en parte compensado por la afluencia de inmigrantes, anuncian un incremento amenazador de la factura de las prestaciones públicas, situación a la que también contribuye esta tendencia a adelantar el retiro.

la crisis económica acentúa la presentación de expedientes de regulación de empleo (ERE) que incluyen en su mayoría mecanismos para incentivar el cese de la actividad laboral de los más mayores; en algunos casos a partir de 48 años.

El abandono de la actividad laboral en edad temprana tiene en ocasiones efectos perniciosos para el afectado, erosiona la autoestima y supone para el conjunto de la sociedad una grave pérdida en la lógica transmisión de los conocimientos. La jubilación en condiciones económicas dignas es un privilegio de unos pocos, generalmente de aquellos que trabajan en grandes empresas. Lo que para algunos es un retiro dorado, para la mayoría se convierte solamente en el principio de una pesadilla, el final de una vida laboral que tiende a ser menospreciada.