Descubrir el cuerpo, cómo funciona, qué tipo de tensiones le estimulan y cuáles le hacen excitarse, bloquearse o quedarse neutro, proporciona al practicante del método las primeras herramientas para conocer su lenguaje, cómo actúa, si responde, si se estanca, si se inmoviliza... Todo ello le permitirá acercarse a las primeras clases de comunicación, de un aprendizaje que necesitamos hacer pero que se nos olvida lo importante que es para vivir, para ampliar el marco de nuestras experiencias, para no repetirnos y, en definitiva, para tener salud.

Saber ampliar la capacidad de respuesta de nuestro cuerpo es el objetivo principal de Antiterapia. Estar sano es un concepto que abarca todas las partes del ser humano. La salud está formada por un equilibrio entre la capacidad que tiene el cuerpo de autorregularse, de mantener él solo todas sus funciones automáticamente (¡qué suerte!) y la energía mental acorde con un estado agradable.

Podríamos compararlo con el funcionamiento de un ordenador, el cual nos ofrece la posibilidad de ampliar su memoria instalando otras herramientas. De nada servirá si, previamente no liberamos espacio de la memoria para que la nueva información pueda ser procesada con soltura.

Quitar programas que ocupan espacio, mejorar la capacidad de respuesta, buscar dónde aprendió el sistema a hacerlo mal y ahora se ha quedado en automático, o incrementar la capacidad de guardar datos es algo que entendemos en el ordenador y por supuesto lo podemos utilizar como ejemplo en el cuerpo.