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Estas leyendas nos dicen cómo Santa María ayuda siempre a los que la quieren. Pero también nos la muestran a veces muy enfadada, dando palos al diablo o regañando a un obispo orgulloso. Leyéndolas, oiremos hablar a una imagen de Cristo como testigo, y también veremos cómo el insensato Teófilo entrega su alma al diablo en una carta, o cómo la Virgen salva a una pobre mujer de morir ahogada cuando crece la marea y le ayuda a dar a luz. Son relatos tiernos, maravillosos, que además nos pintan detalles de la vida cotidiana de hace muchos, muchos años. Gonzalo nació hacia 1195 en Berceo y se educó en el monasterio de San Millán de Suso (La Rioja). Fue clérigo y el primer poeta conocido en nuestra lengua. Compuso su último poema, la Vida de Santa Oria, hacia 1260 y poco después debió de morir (antes de 1264). Escribió sus Milagros de Santa María a lo largo de bastantes años, y para hacerlo tomó noticias de relatos de milagros de la Virgen de textos latinos