Lo hago pensando en mis propios hijos (que están en el entorno de los 40 años), que no han recibido apenas ninguna formación económica o financiera que les ayude a tomar buenas decisiones en ese sentido. Y también en muchos amigos y familiares que invierten sin tener una idea clara de las opciones que tienen, mal o insuficientemente asesorados por amigos, familiares o expertos diversos, que muchas veces los confunden o incluso los engañan. Y que, incluso con la máxima buena fe y buenos conocimientos, no pueden asesorarlos todo lo bien que quisieran, porque es muy difícil asesorar a quien no sabe casi nada de cómo debe afrontar la inversión de su patrimonio, o que incluso tiene ideas preconcebidas que le hacen adoptar, ya de entrada, un sesgo inadecuado. Estoy pensando en estereotipos como: «Invierte en inmuebles, porque el ladrillo no pierde valor nunca» o «No inviertas en acciones, que la bolsa es un casino», por mencionar los dos más generalizados.

En el inversor común existe mucho desconocimiento y mucha aversión al riesgo, no siempre razonablemente aquilatada. El resultado de todo ello es que muchas personas están descontentas de la rentabilidad que obtienen de su patrimonio y tienen verdadero miedo a invertir sus ahorros. En España, por ejemplo, una enorme proporción del ahorro (aproximadamente un 40%) se mantiene en cuentas corrientes bancarias. Y en los últimos años, dado el nivel bajísimo de los tipos de interés, de esas cuentas no obtienen rentabilidad alguna. Incluso, según leo en un artículo del diario Expansión, se estima que un 23% de los españoles tienen sus ahorros ¡en dinero en efectivo! Probablemente es el resultado de una combinación de falta de educación financiera y desconfianza en el sistema bancario.

Con este libro espero ayudarte, querido lector, a tomar conciencia de las posibilidades de inversión que tienes y a gestionar adecuadamente la inversión de tus ahorros en activos financieros, de modo que puedas conseguir mantener el valor de tu patrimonio a salvo de la inflación e incluso obtener una rentabilidad que la supere.
La primera y a menudo única opción de inversión de una gran parte de españoles son los inmuebles, empezando por la vivienda propia. De ahí que hasta ahora seamos uno de los países con un mayor porcentaje de vivienda en propiedad versus vivienda en alquiler; aunque es verdad que el porcentaje de vivienda en alquiler está creciendo con las nuevas generaciones, lo que nos acerca poco a poco a lo habitual en otros países de la Unión Europea.

El mismo artículo de Expansión que acabo de citar, apunta que «apenas el 3% de la población [española] ha ahorrado a través de fondos de inversión, acciones o activos de renta fija [en 2020]», según un informe de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Es decir, el 61% de los españoles, que son los que consiguen ahorrar, no saben bien cómo invertir esos ahorros, por falta de educación financiera. Por defecto se limitan a dejar el dinero en cuenta corriente o, cuando la cifra es alta, se inclinan por comprar una vivienda para ponerla en alquiler. No contemplan otras alternativas.

En este libro voy a tratar de proporcionarte, querido lector, una orientación general sobre cuáles son las posibilidades de inversión y cuáles los tipos de activos más adecuados en los que invertir, en función de tu edad y tu patrimonio (tuyo personal o de tu familia), más allá de la inversión en activos inmobiliarios. Ello debería permitirte tomar tus propias decisiones, a partir del contraste entre el estado de tu patrimonio actual con el modelo que te recomendaré, según en qué fase vital te encuentres. Y trataré de que el libro sea una guía que te acompañe en la evolución de tu patrimonio en el tiempo.

El libro está organizado en tres partes. La primera trata de proporcionar unas ideas y consejos básicos: 1)Los principios fundamentales que hay que conocer y respetar para invertir con sensatez, y que por desgracia muchos no respetan, y después lo pagan; 2) El abanico de alternativas de inversión que se le presentan a cualquier inversor, y que no todos los inversores conocen. Si no se conocen las opciones, difícilmente se puede hacer una buena gestión del patrimonio; 3) La importancia del factor edad a la hora de invertir. Porque no se ha de invertir del mismo modo a los 20 o 30 años que a los 60 o los 80; 4) Las posibilidades de inversión que se abren cuando se dispone de un patrimonio mayor. Es el factor patrimonio; 5) Por último, me mojo y recomiendo al lector un mix de cartera de inversiones en función de su combinación de edad y patrimonio. Es para que no se diga que me quedo en los consejos generales. Obviamente, insisto, es solo una guía, que no hay porqué seguirla al pie de la letra, pero espero que te ayude si necesitas mensajes concretos.

En la segunda y tercera parte del libro voy a tratar de responder a las dudas que me parecen más habituales. Dudas en relación con la inversión en inmuebles (segunda parte), y a la inversión financiera en general, directa o a través de fondos (tercera parte). Son todas aquellas que se me han ido ocurriendo mientras iba escribiendo el libro.

A través de mi blog www.pacolopez.biz trataré de seguir respondiendo las dudas que me trasladen mis lectores, e incluso espero poder incorporarlas al libro en futuras ediciones.

Por último, quiero acabar diciendo que este libro está escrito por un inversor, no por un asesor financiero ni un ejecutivo bancario; tampoco por un catedrático de economía. La perspectiva que tengo es la de un inversor particular, que no pretende ser un experto, pero que habla desde su propia experiencia. Todos los activos que menciono en el libro los he poseído o los poseo, y por tanto los he experimentado en primera persona. Eso sí, es muy posible que me explique mal o que desconozca algún detalle sobre alguno de los activos que menciono y que el lector debiese saber. Confío en que sean cosas de menor importancia, pero desde aquí animo a mis lectores a hacérmelo saber para que lo incorpore a las siguientes ediciones y lo anticipe en mi blog.
Sin más, vamos allá.