«Abatidos, emprendimos el camino de regreso. Yo estaba terriblemente sediento, incluso empezaba a tener alucinaciones con agua. Vi un lago que no tenía ni principio ni fin, vi agua que brotaba de una fuente, vi agua en cazos y en jarras. Caminamos en dirección a la tienda, encontramos una profunda zanja en la nieve y nos sentamos. Me tumbé en la nieve y recuperé el aliento. Entonces me levanté, respiré hondo y empecé a caminar. Di dos, tres pasos. Caminábamos un poco y nos sentábamos, y luego caminábamos de nuevo. Balanceé las piernas hacia adelante y aguanté el equilibrio con el piolet. No me veía las botas, porque estaban totalmente cubiertas de nieve. Encima de los pantalones también se me había formado una costra tupida de nieve…».

«Como parte de una expedición tirolesa Reinhold Messner se enfrenta por primera vez al Manaslu a lo largo de la ladera sur, en esos años todavía uno de los grandes «problemas sin resolver» del Himalaya. Messner llega a la cumbre. Sin embargo, durante el descenso las condiciones climáticas empeoran repentinamente. Estalla una tormenta de nieve aterradora. Para Messner y sus compañeros comienza una dramática carrera entre la vida y la muerte».