La palabra convierte al ser humano en prototipo inimitable. Atributo singular, sin límites en la eficacia, ella es poder que rige la conciencia y el entendimiento, así como su herencia y conjunción. Hablar, en consecuencia, equivale a la incesante metamorfosis de la tensión comunicativa con nosotros mismos y con los demás, con nuestro mundo entorno, ampliable hasta los confines de la imaginación, de la expectativa o la esperanza, que veta recluir la potencia de la palabra en fórmulas verbales. Rebasadas las alternativas, este libro atiende a la heterogeneidad complementaria de las funciones y usos del lenguaje, ahora que en nuestro tiempo la voluntad de dominio busca domesticarlo, reducido a momento lúdico o instrumento sofístico al servicio unilateral de ideologías e intereses. La coherencia, originalidad en los planteamientos y rigurosa documentación convierten esta obra en novedad de interés esencial para cuantos se preocupan por el ámbito comunicativo sin descartar los diferentes aspectos y matices –intelectivos, locutivos, textuales– que concurren en el hablar humano.