Hay dioses que son de este mundo, dioses como voces que se alzan y hablan, no desde el odio sino desde la indignación. Minimal Poética. Declaración de principios de un anacoreta es un libro lleno de indignaciones en el que Braulio Rubén Grajeda, bajo el seudónimo de Leo Zelada, las expresa con altura mayor. Aquí el poeta habla a través de las calles, la noche, Wiracocha, de quien dice ser el hijo predilecto. Y en estos dioses se refugia, y su silencio se abre a una tradición que ve nacer en la lengua de sus ancestros incas: el quechua, cuyo contenido universaliza al desplazarlo a Gaza, Oriente, Estados Unidos, España alcanzando un misticismo al cual nos unimos porque

el dolor, la indignación y el silencio son el lenguaje de la contención, único medio capaz de desentrañar -por vía de la ironía- la cruel y veloz destrucción de lo humano.