René Guénon (1886-1951) y Frithjof Schuon (1907-1998) fueron los creadores de la que se conocería como la escuela «tradicionalista» o «perennialista» de sabiduría, de la que Guénon fue el pionero y Schuon la culminación. La obra de Guénon comprende, por una parte, la exposición de los principios inmutables de la metafísica universal y la ortodoxia tradicional; por otra, .una crítica implacable del mundo moderno desde un punto de vista «platónico» o metafísico, y finalmente una brillante exposición del contenido intelectual de los símbolos tradicionales de todas las religiones. La obra de Schuon incorpora todos estos aspectos, pero les añade una dimensión «práctica» y «realizadora», ausente en general en la obra de Guénon. Éste, como pionero y precursor que fue, estaba completamente solo, y quizá su aislamiento, junto con una mentalidad inflexiblemente «matemática», le llevó a cometer ciertos errores en sus análisis, que Schuon, al tiempo que reconoce y valora la grandeza de Guénon, describe y corrige. En efecto, Schuon tiene el don, como dice acertadamente William Stoddart en su prólogo, de que «cuando se dispone a “criticar” a alguien de valor, el lector (no sólo por la fuerza de lo que dice, sino también por su caridad) acaba teniendo por el criticado una estima aún mayor que antes». Este es un libro de lectura obligada para todos los interesados en la obra de Guénon y en la escuela tradicionalista en general.