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Porque sólo el instante, como el parpadeo del Buda oriental, revela los esplendores secretos del misterio; desde allí, el poeta puede acceder a la contemplación de la totalidad: el núcleo de las tinieblas y el del cielo soportan, a uno y otro lado, esos lindes de la otra realidad en donde nace el canto.

Juan Pablo Roa

Huellas místicas que recuerdan las de otras poetas de su generación como Ida Vitale. Parecen compartir el mismo cielo estrellado. La cons- tatación de una trascendencia, una búsqueda no limitada, que no es religiosa. Es el misterio a través de la palabra. No es trascendencia hacia Dios, sino hacia la propia palabra.

Concha García