Mereu se arma de gran habilidad y una amplísima documentación para describir cuáles han sido las posiciones de la Iglesia y las de los diversos Estados, así como la evolución dela historia de la intolerancia. Este libro impone una exigencia a la que es y debería ser la labor de todos los hombres, es decir, cómo nos comportamos frente al otro, cuál debe ser nuestra posición en el ámbito de la ciudad, de una nación, de un territorio, y de lo que es posible recuperar del pasado, de lo que ha sido este largo camino del espíritu humano hacia la búsqueda de una especie de paraíso, de una ilusión, que es la de la justicia y la tolerancia.