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Detalles del libro
Jadeante, Fina la mamá cerda, por la acalorada carrera que se había dado para llegar a la alcaldía, cuando vio a su esposo y al resto de personas que que le acompañaban, hizo un esprín final y, con el poco aire que le quedaba, jadeó las malas noticias que debía comunicar:-íGran Mecmo! íTina! Nuestra queridísima sobrina, la Dulce Tina, no está montada sobre su poni Corinto. -Ya más calmada, aunque fatigada, tras soltar lo que tenía que decir, volvió a articular unas palabras-: Estoysegura que ha desaparecido, puesto que Corinto llegó solo y relinchando como si estuviese asustado por algoque no pude entenderle.¿Qué le habrá ocurrido a la Dulce Tina?