Alfonso García-Villalba ha reunido en Esquizorrealismo nueve relatos con los que se adentra con inapelable destreza en el terreno de la fantasía y la ciencia ficción. Con David Lynch, Cronenberg, Philip K. Dick o J.G. Ballard en su recámara, todos ellos adoptan una óptica deformada (y deformante) donde la literatura es un juego en el que sueño y vida confunden sus límites. Esquizorrealismo es un cóctel narrativo donde el desequilibrio, la confusión y el vacío son los que configuran los escenario, los personajes y el argumento. Un gigantesco bucle también, mediante el cual se articula una arriesgada apuesta literaria y se adopta una insólita estética del delirio que penetra en el territorio de lo narcótico y lo hipnótico, en un paisaje imaginario donde lo borroso configura (o desconfigura) la realidad (o aquello que entendemos como tal).