l taller de Julia olía a tabaco, a cenizas, a aceite de linaza que utilizaba para disolver el óleo. Olía a papel. Y los lienzos por estrenar, que reposaban alineados en el suelo, olían a cola de pescado (un aglutinante que servía para su fabricación). Aromas artesanales que reflejaban todo un universo de arte. También olía a ese profundo silencio que proviene de una muerte inesperada.Una mujer aparece muerta en su taller de artista. No se descubre el cuerpo hasta pasados dos días. Todo apunta a que ha sido una muerte natural por un ataque al corazón. Así se cierra el caso. El único que se rebela ante los hechos es su hijo Álex. Intuye que alguien ha podido asesinarla, aunque desconoce los motivos. A partir de esta sospecha, El naufragio de tus ojos se convierte en un thriller apasionante, con un presunto culpable, señalado desde el principio, y que mantiene una coartada casi perfecta. La obstinación del hijo por descubrir la verdad nos muestra diversas clases de culpabilidades familiares respecto a la madre desaparecida.Una novela policíaca coral en la que unos personajes bien dibujados giran alrededor de la figura de Julia, en vida y después de su muerte. Un paisaje donde la condición humana aparece con todas sus contradicciones, sus grandezas y sus miserias. El amor, el desamor, los celos profesionales, los complejos, el olfato de una inteligente detective jubilada, la traición, la cobardía y la veneración de un hijo por su madre son las piezas que van encajando en esta historia urbana, con ritmo cinematográfico, que se desarrolla entre Zaragoza y Madrid, a lo largo de un 2020 en el que el virus invisible también cerrará el cerco sobre el asesino desenmascarándolo. «No todo lo que parece es, no todo es lo que parece».