Publicada por primera vez en 1814, La nomenclatura del color de Werner es una extraordinaria guía de los colores
del mundo natural aclamada por artistas y científicos durante más de dos siglos, incluido Charles Darwin, quien lo usó para identificar colores en la naturaleza durante su viaje en el HMS Beagle.

A finales del siglo XVIII, el mineralogista Abraham Gottlob Werner se percató de la necesidad de un esquema de color estandarizado que permitiera a la ciencia describir con precisión las diferencias cromáticas más sutiles. Este esquema fue adaptado después por el pintor floral Patrick Syme, quien, recurriendo a los minerales descritos por Werner, creó las tablas de colores de este libro, que completó con ejemplos del reino animal y vegetal.

Con esta espléndida edición facsímil, el que fue un recurso invaluable para naturalistas y antropólogos de todo el mundo, se pone ahora al alcance de una nueva generación de artistas.

La nomenclatura del color de Werner se publicó por primera vez en 1814, seguida por una segunda edición que llegó en 1821. La presente es una combinación de esas dos ediciones con el propósito de conseguir la máxima aproxi­mación posible a las muestras de color originales. No obstante, debido a las inevitables modificaciones de los colores a lo largo del tiempo y a las limitaciones de la imprenta moderna, los colores reproducidos en esta obra no pueden ser más que una fiel aproximación a como eran originalmente.
Abraham Gottlob Werner (1749-1817) fue un eminente mineralogista y geólogo alemán, además de inspector de minas en la academia minera de Freiberg, Sajonia. Escribió el primer manual de mineralogía descriptiva, Sobre las características externas de los fósiles (1774). En la terminología de la época, la palabra alemana que significaba ?fósil? incluía también a los minerales. Con esa obra presentó un esquema para identificar minerales según sus características clave, incluyendo el color y el lustre. Robert Jameson (1774-1854), quien estudió durante un año bajo la tutela de Werner antes de convertirse en profesor de Historia Natural en la
Edinburgh University, fue quien le descubrió la obra al pintor y profesor de arte de Edimburgo Patrick Syme (1774-1845). Jameson relacionó las descripciones de Werner con muestras reales de los minerales, y Syme tomó ese trabajo como punto de partida para crear los nombres, descripciones y muestras de color de La nomenclatura del color de Werner, añadiendo además referencias a animales y vegetales.
La nomenclatura del color de Werner, por sus relacio­nes cromáticas con ejemplos de la naturaleza, se convirtió en
una herramienta muy utilizada por artistas y naturalistas. El más eminente entre ellos probablemente fue Charles Darwin,
quien se llevó una copia de su biblioteca al viaje que emprendió en 1831 hasta 1836 en el HMS Beagle. Lo empleó durante sus viajes para describir lo que veía, como la coloración mutable de las sepias, anotando por ejemplo las ?nubes que varían de tonalidad entre el rojo jacinto y el marrón castaño? que pasaban continuamente por el cuerpo, y el color ?azul berilo? de los glaciares que vio en Sudamérica.