Eran el le¢n, la ballena, el cervatillo, los protagonistas de unaobra de fin de curso en la que el canguro hab¡a desaparecido y susamigos deb¡an encontrarlo. Ahora tienen casi treinta a¤os y deambulanpor los meandros de una vida dorada: comen pescado crudo y patanegra,beben vinos selectos, fuman esencias, se drogan igual que consum¡ancaramelos de ni¤os, navegan, salen de fiesta, se dedican a las artes,intentan hacer pol¡tica. Tienen cuerpos esculpidos y llevan ropa cara, son hijos de c?lebres directores y periodistas, de multimillonarioscon fortunas s¢lidas y antiguas, o recientes y sospechosas. Perotambi?n son herederos de los rebeldes que caracterizaron ?pocasgloriosas y desesperadas de la historia: aquellos que, prosperando enla paz, invocaron la guerra, aquellos que, amando a sus padres, hanpadecido sus hipocres¡as, han desenmascarado sus contradicciones y han so¤ado con la aniquilaci¢n.

Poldo Biancheri, el ®Gordo¯ Tapia,Guenda Pech, Stella Marraffa, Aldo: a pesar de tenerlo todo, sesienten atrapados y este es su verano, aquel en el que quieren romperel c¡rculo. Poldo es la voz narradora de su embriaguez, de su desaf¡o: lo cuenta como si lo viera todo desde la distancia, registr ndolotodo con firmeza, pero sin ocultar su nostalgia por una infancia a£ncercana, su rabia hacia unos padres que se lo han llevado todo y nohan dejado m s que migajas, su ternura por unos hermanos y unoscompa¤eros capaces de hacerse da¤o como protesta o poramor.

®Mir?monos a la cara: somos los hiperb¢reos... Hemos encontrado la salida a milenios de laberinto. M s all  del norte, m s all  del hielo y de la muerte: nuestra vida, nuestrafelicidad...¯.