En Espa¤a no existe un patr¢n £nico de celebraci¢n de la Semana Santa, sino que

encuentra en el pa¡s m£ltiples variables. A pesarde ello, en la era de la globalizaci¢n, las influencias de culturas,costumbres y comportamientos de otras latitudes que gozan de acendrada tradici¢n cofrade y de bagaje exitoso en su puesta en escena, se hanconvertido en fuerzas determinantes. Es por ello que no podemosocultar la sevillanizaci¢n de muchas formas tanto est?ticas, como deexperiencia y vivencia. As¡, se encuentran m£ltiples paralelismos einfluencias que se han ido acentuando en los albores del siglo XXI yhasta nuestros d¡as, reproduci?ndose en pueblos y ciudades, bien porcercan¡a y contagio de la capital andaluza, o bien porque simplementeel barroquismo y las formas de las cofrad¡as hispalenses hanconvencido y gustado tanto que su estilo ha sido importado (que noexportado), hasta el punto de que no existe actualmente un reducto que no haya sido conquistado por el modelo de la Semana Santa de Sevilla, que se alza con una fuerza casi dogm tica.