Empec? a escribir Cielos l¡quidos en 1995. Quise imponerme un mododistinto de ver, de mirar, de sentir lo po?tico. Me resultaba tantedioso como la vida, adem s de absurdo, tener que matar el preciosotiempo que nos queda con versos gastados y recalentados. Y repitiendo, c¢mo no, los temas recurrentes. Por el camino del ideal lo ideaba,aun sabiendo que el ideal no existe, como no existe la diosaPerfecci¢n, diosa adorada. So¤aba con un poema libre de estructurasconstre¤idoras y mecanismos-cors?s, y que saltaran por los aires esasfilosof¡as que fingen ser libertad de verdad cuando no son m s que unenmascaramiento de la libertad de poder. En fin, que la r?verie, sue¤o y visi¢n, teatro de la vida o espejo del mundo, o lo que fuera,saliera como quisiera, en libertad plena.