Cuando miro hacia atr s y reviso con calma los detalles de algunasde las historias que me contaron cuando era ni¤a, a pesar de que hanpasado ya muchos a¤os de mi aprendizaje, descubro que siguen teniendola misma vigencia. Siento que las palabras, los rituales, losingredientes de las recetas con las que elaborar las p¢cimas m gicas y las leyendas que las originaron tienen que ser preservadas en suesencia.

Para ser una bruja, o como decimos en mi tierra, una meiga, es necesario saber cu les son las Fuerzas que debes convocarpara cada prop¢sito, qu? conjuros te ayudar n a llegar a ellas y bajoqu? lunas han de ser pronunciados para que las diosas o loselementales que residen en las cuatro Atalayas te concedan la facultad de cambiar las circunstancias adversas y dar un giro al rumbo de losacontecimientos.

Has de aprender a abrir los caminos cuandola mala estrella los haya cerrado, a dar fuerza a los d?biles, a sanar las heridas que deja el desamor, a atraer la buena fortuna a quien lo necesite y a proteger a los m s vulnerables de los ataques de losenemigos, como mi abuela sol¡a hacer. Espero que, en las p ginas deeste libro, escrito con la intenci¢n y el deseo de trasmitir lasense¤anzas de mi maestra, encuentres lo que necesitas para, si as¡ lotienes decidido, llegar a ser una buena meiga.