El Concejo de la Villa de Elche acord¢, el 27 de mayo de 1420,procurar la tra¡da de aguas del J£car para enjugar el acusado d?ficitde su dilatado regad¡o, supeditado al corto e irregular m¢dulo salinodel Vinalop¢. As¡ pues, en el oto¤o de la Edad Media ya se hab¡aplanteado el trasvase J£car-Vinalop¢. El fracaso de esta iniciativa,reiterado en 1528 y 1535, dej¢ paso a la alternativa mediocre de lospantanos (Almansa, 1574, Tibi, 1593, Elche, 1632), por m s que elreferido viaje de agua continuara siendo expectativa recurrente yanhelo permanente seiscientos a¤os, hasta la actualidad. Por duraci¢ny vicisitudes en contextos hist¢ricos muy diversos, la conexi¢nJ£car-Vinalop¢ constituye la epopeya m s sobresaliente de la imparejecutoria hidr ulica alicantina.

J£car y Vinalop¢ soncorrientes de naturaleza bien distinta. Por curso, cuenca y aportaci¢n media, el J£car es el primer r¡o de la fachada este y, tras el Ebro,el segundo de la vertiente mediterr nea espa¤ola. Por el contrario, el Vinalop¢, tributario del Segura hasta las postrimer¡as delsetecientos, es el r¡o-rambla por antonomasia.