®De aquel Somiedo [de nuestros antepasados] ya no queda casi nada, elmundo ha cambiado y ha cambiado (casi siempre) para mejor, peronuestra deuda con quienes nos precedieron es inmensa y nuestro olvidocruel e injusto. Todo lo que somos es herencia de nuestrosantepasados. Afortunadamente quedan personas como Nuria Gonz lezAlonso, que minuciosamente rescata un instante de nuestra historia ycon rigor acad?mico y, seguramente, mucho cari¤o, nos muestra unafotograf¡a precisa de las gentes que aqu¡ habitaban. Nada escapa a sucuriosidad: sus nombres y apellidos, sus parentescos, sus herencias,sus pleitos, sus modestas posesiones, su organizaci¢n social. Somosespectadores privilegiados de ese instante, como si ocurriera ayermismo y no hace casi trescientos a¤os. El arduo trabajo de Nuria tiene un indudable valor acad?mico y ser , a partir de ahora, referenciapara quienes quieran saber y escribir de aquella ?poca y de nuestropresente. Pero tiene, para los que aqu¡ vivimos, otro inmenso valora¤adido, reconocer en aquellos nuestros antepasados que nos dejaron el paisaje, la cultura y los apellidos, el orgullo de ser susdescendientes. Gracias a este libro podemos entender mejor quienessomos.¯ Jos? Manuel G¢mez Feito