Para los marroqu¡es en general, y para los tangerinos, en particular,y no digamos ya para los que son hispanistas, abordar y analizar laproducci¢n literaria (y art¡stica) hisp nica sobre T nger sigueconstituyendo un reto y una experiencia intelectual y humana de primer orden. Han de sortear el riesgo de volverse ?orientalistas de s¡mismos?, al recorrer una T nger de f bula, de prototipos, de historias de soledad y encuentros en c¡rculos bastante cerrados, de ?colonias?en la memoria, en dif¡cil tangencia con el pulso marroqu¡ de laciudad, que sobrepasa ya los novecientos mil habitantes, multiplicando los doscientos mil que ten¡a en 1956. Lo consigue con ?xito NajmiAbdelkhalak... Las preguntas que formula... indican su alta calidad y?olfato? de periodista, su conocimiento previo del ?mundo? y de laobra de las personas entrevistadas, y su capacidad para tratar conellas en un clima de franqueza y proximidad.