Un cuerpo habita un lugar: un cuerpo con sus circunstancias y suhistoria, en un lugar tambi?n con sus circunstancias, tambi?n con suhistoria. Ese lugar no es un decorado, porque tiene la vida de losfantasmas y las estrellas fugaces, la sequ¡a, la hierba, un reba¤o decabras, las huellas que deja en la tierra todo lo que tambi?n fue. Enlos poemas de Fuego la sed toman la palabra los cuerpos y loslugares, s¡, para contarnos la historia de un peligro: el que acechaa un mundo –,el nuestro–, que se extingue. Mar¡aS nchez ha escrito un libro militantemente pol¡tico, militantementel¡rico, sobre nuestra relaci¢n con nuestro entorno: sobre la forma enla que las decisiones humanas repercuten en el curso de un arroyo oen el vuelo de un p jaro, sobre la desmemoria por la que nosimponemos al territorio, y borramos la posibilidad de otrasexperiencias. La publicaci¢n de Cuaderno de campo, el primer libro depoemas de Mar¡a S nchez, supuso una revoluci¢n en nuestralitera-tura: una visi¢n del medio rural lejos de los estereotipos,que abri¢ caminos y plante¢ un debate. En tiempos de emergenciaclim tica, Fuego la sed ensancha la conversaci¢n, reflexiona y nosincluye, apela a la escucha para el conocimiento propio. Bello ysutil, a la vez rotundo y poderoso, en Fuego la sed hablan quienesnos hemos empe¤ado en nunca o¡r.