En la época del tardofranquismo, la sociedad española estaba sujeta a rigurosas e ineludibles normas, impuestas por el régimen imperante y por la Iglesia católica. En Tahuima, población del nordeste de Marruecos donde las tropas españolas estuvieron acuarteladas desde 1921 hasta 1963, el legionario José Becerra es traicionado por su mejor amigo, cuando este seduce a su mujer y huye con ella.
El odio y el deseo de venganza chocan con la estricta vida militar, con la inminente guerra (Ifni y Sáhara Occidental Español) y con el deseo de José por vivir de nuevo el amor y convertirse en un buen padre para sus hijos, con la ayuda de Rosario, «la Maera», madre de su esposa, exprostituta y lúcida, inteligente y seductora empresaria.
Tahuima es una novela de amor y traición, de amistad y guerra, de hombres y mujeres audaces y sencillos, capaces de, en situaciones extremas, sufrir, resistir y luchar por lo que más quieren.
¿Existen las casualidades, o las llamamos así porque no entendemos sus mecanismos?
¿Es cíclica la historia?
¿Volvemos hoy a tiempos que creíamos olvidados?

DEL PRÓLOGO DE ISABEL GEMIO:
Tahuima es memoria y radiografía de un tiempo no muy lejano que sentenció la vida y supervivencia de todo un país. Es el paisaje colectivo del que venimos, porque nuestros mayores estuvieron allí. Y quienes sobrevivieron están para contarlo. Como Juan Manuel Bravo. Él lo narra con realismo, sin rencor, pero con toda la crudeza que tenían las miserias y carencias de aquel tiempo.
Juan Manuel Bravo Salvador, tiene una vida digna de un libro. Ojalá lo escriba. El hijo de José Becerra López, protagonista de Tahuima, nació en Melilla y, muy joven, se marchó a Barcelona, ciudad en la que formaría una familia y trabajaría en una empresa petroquímica. Al jubilarse, siguió activo y decidió estudiar Historia. A los 73 años presentó su tesis sobre medicina judía en la Edad Media.
Dice el escritor Manuel Vicent que la vejez es un drama, pero que solo unas pocas personas consiguen hacer de ella una obra de arte. Juan Manuel es una de esas personas. Ha decidido que hasta el final de los días hay que decidir y dibujar los trazos de una vida. La suya y la de su familia son dignas de ser leídas.