Los poemas de El que menos sabe merodean por los territorioslim¡trofes con lo olvidado, lo humilde y desatendido. Son las afuerasde las consignas, de las frases hechas y lo estridente: es la vida deotro modo. El autor de La belleza de lo peque¤o se desentiende, dejade saber(se) como rechazo a la oquedad y a lo pactado, tambi?n alpacto nunca verdaderamente acordado con la inexistencia de los que yase han ido. La escritura de Tom s S nchez Santiago, igualmentefronteriza entre los ritmos po?ticos y la viveza narrativa de laoralidad, ®aguanta el o¡do contra el mundo¯ hasta convertirse en unintento conmovedor de restituir el v¡nculo roto y devolvernos losseres y las cosas en toda su dignidad insobornable, en toda suclaridad ajena al brillo.

La resonancia de motivos ypreocupaciones hondamente afincadas en la conciencia y la confluenciaarmoniosa de formas expresivas h¡bridas hacen de El que menos sabe una entrega culminante en la trayectoria literaria del autor.





Jos? Mar¡a Castrill¢n