El reinado de Fernando VII (1808-1833) ha sido tradicionalmente enfocado desde el punto de vista del nacimiento de las dos Españas: la liberal y la absolutista. Por debajo de estas dos tendencias protagonistas surgirá un tercer camino, una vía media reformista, equidistante entre la revolución y el inmovilismo, por la que transcurrirán los afrancesados en estos años en los que entra en crisis el modelo del Antiguo Régimen.