Nadie que trabaje en una empresa, ya sea grande o pequeña es ajena a las decisiones que día a día se toman en lla. Tomar decisiones, además de una responsabilidad que todos tenemos ( de acuerdo a nuestra posición y tareas) es un valor que aportamos a la compañía para la que trabajamos. Se espera de nosotros que seamos capaces de decidir de la manera más adecuada posible para los intereses de la empresa y es esta presión la que nos hace estar en constante alerta y la que nos obliga a abrir nuetra mente a un aprendizaje continuo