La piedra alada
Editorial PRE-TEXTOS
España peninsular
- Editorial PRE-TEXTOS
- ISBN13 9788481916522
- ISBN10 8481916528
- Tipo Libro
- Páginas 68
- Colección La Cruz del sur #731
- Año de Edición 2005
- Idioma Castellano
Materias
Poesía En CastellanoLa piedra alada
Editorial PRE-TEXTOS
España peninsular
Detalles del libro
En "La piedra alada", José Watanabe (Perú, 1946) celebra a la piedra como sujeto de diálogo y de intercambio. las piedras dejan de ser ajenas y cerradas para entregarle al poeta metáforas sobrias, y éste guarda su memoria en ellas, en su interior sensible, o escucha lo que sueñan ser: madre, cráneo, ave. "Las aguas termales afloran entr bocanadas de vapor blanco y denso. Cuando se disipa deja ver las piedras que rodean la fuente, caprichosas formas erosionadas por el agua hirviente que sólo se muestran un instante, y luego como un grupo de seres extraños vuelven a su territorio brumoso".
José Watanabe (Perú, 1946) publicó su primer poemario el año 1971. Hoy está considerado entre los más importantes poetas hispanoamericanos. Hijo de uno de los miles de inmigrantes japoneses que fueron a trabajar a los latifundios azucareros de la costa peruana, mantiene en sus poemas la actitud reflexiva de la poesía tradicional japonesa, especialmente de los haiku, que su padre, según ha declarado, llevó siempre consigo. Esta actitud, sin embargo, no impide que aparezcan en su escritura resonancias más vitales y viscerales. Para Esperanza López Parada "la poesía del peruano Watanabe parece una operación más del cuerpo. Es una actividad que proviene de la entraña, que se confunde con la sangre. Por eso sus versos magníficos poseen el ritmo de una corazonada, la acritud del hígado, la naturalidad de una respiración."
José Watanabe (Perú, 1946) publicó su primer poemario el año 1971. Hoy está considerado entre los más importantes poetas hispanoamericanos. Hijo de uno de los miles de inmigrantes japoneses que fueron a trabajar a los latifundios azucareros de la costa peruana, mantiene en sus poemas la actitud reflexiva de la poesía tradicional japonesa, especialmente de los haiku, que su padre, según ha declarado, llevó siempre consigo. Esta actitud, sin embargo, no impide que aparezcan en su escritura resonancias más vitales y viscerales. Para Esperanza López Parada "la poesía del peruano Watanabe parece una operación más del cuerpo. Es una actividad que proviene de la entraña, que se confunde con la sangre. Por eso sus versos magníficos poseen el ritmo de una corazonada, la acritud del hígado, la naturalidad de una respiración."
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